Los niños y adolescentes que hacen parte del Instituto Monseñor Víctor Tamayo, en Barranquilla, recibieron en medio de muestras culturales a los representantes de las empresas y entidades que hicieron posible la construcción y sostenimiento de este espacio.

La primera dama del Distrito, Katia Nule, se mostró emocionada por el encuentro e indicó que solo tiene “palabras de agradecimiento” para estos padrinos con los que se ha hecho posible “que veamos a estos niños y adolescentes con otra cara, con ganas y dispuestos a construir un proyecto de vida”.

El instituto busca garantizar el restablecimiento de los derechos de los menores en un ambiente afectivo y protector que contribuya a la obtención de herramientas para su desarrollo personal, tales como construcción de redes generativas, acceso a servicios y oportunidades para definir un proyecto de vida alternativo y lograr la inclusión social.

Este instituto es un espacio en el que se unieron el artista  Marc Anthony, a través de su Fundación Maestro Care, la Fundación Tecnoglas, Goya, Pacific Rubiales, el ICBF y la Alcaldía de Barranquilla, a través de sus distintas entidades lideradas por la Secretaría de Gestión.

La directora de la Fundación Maestro Care, Zaidy Cárdenas, ratificó el compromiso del artista Marc Anthony con los niños y jóvenes que viven en las calles. 

“Es una manera de devolverle a la vida lo que la misma vida se ha encargado de darnos, por eso invertir en ellos y ver los frutos en su recuperación es lo mejor que nos puede pasar”, dijo.

Los representantes de todas estas organizaciones recorrieron el lugar y compartieron de cerca con los menores vinculados al instituto. A su vez, aprovecharon la vista para compartir con los pequeños que hacen parte del programa ‘Trabajando por los Niños’ que funciona también en estas instalaciones.

Rafael Toro, director de Relaciones Públicas de GOYA, dijo que "ver el avance de los muchachos es de gran satisfacción. Esta es la segunda vez que tengo la posibilidad de visitar el instituto y quedo impresionado de ver las caras de estos niños y jóvenes, de cómo han recuperado sus ganas de vivir”.